Escena 1: Sergio: ¡Mira Manuel, en este mercado mágico venden muchas frutas encantadas! Manuel: Sí, pero no me gustan nada las frutas que brillan, parecen raras. Escena 2: Sergio: entiendo, pero ¡Hay algunas hierbas mágicas también! Me encantan las que cambian de color. ¿ Y a ti? Manuel: Me gustan muy poco las hierbas mágicas... siempre saben amargas, mejor sigamos mirando. Escena 3: Sergio: ¡Mira, Manuel! Venden pociones mágicas. Manuel: Seguro saben raro, como las hierbas. Sergio: ¡Voy a probar una de fuerza sobrehumana! Manuel: Solo no te conviertas en algo extraño. Escena 4: Vendedor: Cuidado, joven, cada poción tiene un límite. Sergio: ¡No hay problema, soy valiente! Manuel: ¿Valiente o imprudente? Sergio: Ya lo veremos. Escena 5: Sergio: ¡Ahora siento que puedo levantar montañas! Manuel: ¿Seguro que fue buena idea? Sergio: ¡Mira esto! (Levanta una mesa pesada.)
Escena 6: (Sergio empieza a flotar y a brillar.) Sergio: ¡Whoa! ¡Algo raro está pasando! Manuel: Te lo advertí ... ¡Aho